Para Elena G. C.
Suspendido del vaporoso hilo
De tu clamor cálido de tango,
Me deslizo como espuma
En las vibraciones de aire denso
Y de requiebros contenidos.
Mientras, tus negros ojos rasgados,
En fuegos incontenibles y apasionados,
Siembran mi alma de esperanzas soñadas,
Y en torbellinos de cadencias ignotas
Mis pies tienden rumbo a tu talle de luna.
Se cimbrea entre mis manos trémulas,
Al tiempo que me traspasas esos temblores
De mujer deseada y siempre amada,
En intenciones nunca realizadas
De amores fugaces sin respuesta.
Un susurro del eco resbala en tu semblante
Deslizándose atrevido hacia tus senos.
Siente el corazón que el deseo palpita
En relámpagos prolongados de colores,
Esperando tu boca la huella de mí aliento.
Se rasgan los vestidos de invisibles manos
Mientras desnuda te vas quedando,
Siempre vestida de voz de tango
Que ahora tiembla como una flor,
Prendida en el abedul nevado de inocencia.
¡Ay, mujer de voz de tango!
Deja de cantar que me traes inmensa locura
Allí donde no quiero que se manifieste mi hombría,
Que me consumo como imperecedera ascua
Avivado en tu vientre y en tu viento de ternura.
Qué arrebato tu fuego en mi fuego antiguo
De tanta espera ahora complacido,
Mientras la voz del ardiente tango
Me reclama promesas ya otorgadas
Antes de encontrarte en alcoba perdida.
17 octubre de 2010
Esta poesía es como eres tú, atrevida, soñadora, especulativa, ardorosa, inocente en la forma y profunda en el contenido. Un abrazo.
ResponderEliminarMis más sinceras felicitaciones Rafael, es un magnifico poema de amor; he quedado totalmente embobado, enredado en un tango :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Olvidaba, he cambiado la firma, que ahora es con mi nombre y apellido (antes Amadeus)
ResponderEliminarQuerido Rafael; Con este bonito poema has hecho que mi alma se sienta porteña y al cerrar los ojos del pensamiento mientras te leía, me ha parecido escuchar los bandoneones que con su sonido marcaban de fondo tus versos.
ResponderEliminar¿Sabes? tengo una pasión muy pronunciada por el tango, me gusta escucharlo y bailarlo y me has despertado los sentimientos.
Un fuerte abrazo.
Qjuerido Fernando, hoy tengo un poquito más de fuerzas y de ánimo para agradecerte desde aquí tu comentario. Ya sabes que soy inocente e ingenuo, que a veces escribo cosas tachadas de tristeza por otros, pero también sabes que me gusta reir y supiera cantar (aunque fuera en un balneario). Un abrazo
ResponderEliminarQuerido José Mª, Amadeus: gracias por enredarte en ese tango, poemilla lleno de ilusión. Siempre me gusta visitarte en tu magnífico blog. Un abrazo siempre.
ResponderEliminarQuerido Terly: Tú siempre distinguiendome con tu amabilidad y cariño. Yo no me sé los pasos del tango pero lo bailo porque lo siento. Mis padres, en Navidades, siempre nos bailaban un tango a los cuatro hermanos y aquel recuerdo perdura en mi memoria como algo muy bonito y entrañable. Que su música nunca te abandone. He leído tu última entrada acerca de Trinidad. Ya te comentaré. Recibe mi afectuoso y sincero abrazo.
ResponderEliminarSi no llega a ser por tu comentario en Pavesas, seguirías siendo desconocido para mí. Como soy de los cincuenta, primero de todo quiero felicitarte, por tu santo. En mi familia hay y ha habido Rafaeles por ambos lados y hoy 24 de octubre siempre ha sido un día especial.
ResponderEliminarHe paseado someramente por tu blog y descubro un poeta profundo y triste. Claro que el tango, también lo es. No lo creerás , pero durante unos años, fumé en pipa!
Mientras me pongo al día, te envío unos cuantos besos.
Isolda, muchas gracias. Primero por tu felicitación. En efecto, antes se celebraba el 24 de octubre y luego nos agruparon a los tres arcángeles en el 29 de septiembre. Así que para los modernos lo celebro en septiembre y para los más mayorcitos lo hago hoy 24. Gracias por tu visita y gracias por esos "cuantos de besos" que me mandas y se agradecen. Miro tu perfil y entiendo que estas en Andalucía. Yo nací en Madrid pero mi sangre es andaluza al cien por cien. Mi madre era de Fuengirola y padre de Sevilla. Así pues me siento íntimamente unido a esa tierra. Cuando no escribo soy algo más alegre. Te mando muchos, muchos besos.
ResponderEliminarSensuales e intensos tus versos, querido Rafael, bailando el tango de la poesía entre bellas imágenes y apasionadas palabras.
ResponderEliminarMi admiración por esta bella composición.
Un beso.
¡Es un tango!, para bailarlo con pasión, sensualidad y finura.
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